En el sector de la construcción, las juntas de dilatación y movimiento se consideran elementos muy importantes, a pesar de que ambos son muy parecidos, tienen varias diferencias que pueden influir a la hora de utilizarlos. Entérese de más, aquí.
Las juntas de dilatación se consideran elementos muy importantes dentro del sector de la construcción. Estas permiten de muchas maneras que las estructuras conserven su estado por más tiempo. Sin embargo, existen también unas juntas de movimiento, que a veces suelen ser confundidas con las primeras, y lo cierto es que su concepto es completamente distinto, ya que este tipo de juntas a pesar de que cumplen con la misma función, hacen referencia únicamente al movimiento del revestimiento, no necesariamente ejerciendo una protección estructural. Pero, en la siguiente nota te explicaremos con mayor detalle las diferencias entre las juntas de dilatación y juntas de movimiento.
Las juntas de dilatación son espacios disponibles que permiten una óptima dilatación térmica y proporcionan más flexibilidad a la obra. Ayudan a que se nivele la aparición de grietas o fisuras, haciendo que los espacios necesarios sean propicios para que los materiales se expandan sin dañar la superficie.
Ahora bien, también sirven para prevenir desprendimientos del revestimiento y otros problemas más graves que pueden comprometer toda la estructura de la obra. Por esta razón, en el momento que se usan las juntas de dilatación y su impermeabilización se evitan problemas mayores en el futuro.
Están diseñadas para adaptarse al movimiento de un edificio de forma controlada, evitando que se produzcan daños a los revestimientos internos y externos de un edificio. Las juntas van por toda la estructura del edificio, desde la parte superior a la inferior, desde la parte delantera a la trasera, y se suelen hacer más anchas a medida que se asciende por el edificio.
Básicamente, son interrupciones del recubrimiento cerámico que tienen un impacto en la entera sección del sistema pluriestrato, aunque esto puede suceder en algunas ocasiones. Además, están rellenadas con un material deformable, con carácter reversible y permanente.
Inicialmente, es claro decir que las juntas de dilatación se usan ante la posibilidad de que el concreto se agriete por cambios dimensionales térmicos. Se colocan donde se presentan cambios bruscos del espesor o cambios en el tipo de construcción. En el caso de las juntas de movimiento, tienen la función de absorber o atenuar las tensiones generadas sobre el recubrimiento.
En general, las juntas de dilatación protegen las estructuras, evitando al máximo que no se dañen y las juntas de movimiento solo hacen parte del revestimiento. Sin embargo, ambas permiten que la funcionalidad de estas sea certera y se mantenga al margen, por esa razón, se complementan una de la otra.
Entonces, la junta de movimiento será un punto de concentración de presión y la de dilatación hará el resto del trabajo, previniendo que se filtre el agua y provoque humedad, entre otros panoramas que alterarían las estructuras.
Teniendo en cuenta esto, tanto las juntas de dilatación como las de movimiento desempeñan un papel fundamental durante la ejecución de un proyecto de construcción. Por lo tanto, se debe prestar especial atención cuando vayan a instalarse. En esencia es importante que además se utilice el producto adecuado para evitar las infiltraciones y sus consiguientes manifestaciones patológicas.
Por ello, en Escobar y Martínez pensando en este tipo de necesidades le ofrecemos un catálogo de productos ideales para los proyectos de construcción, desde juntas de dilatación hasta juntas de caucho, apoyos de neopreno para puentes y aisladores sísmicos.
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